Cuento “Cero en geometría”

(cuento, Frederic Brown, 1954)

Henry Blodgett miró su reloj y vio que ya eran las dos de la madrugada. Desahuciado, cerró de golpe el libro de texto con el que estaba estudiando y anegó la cabeza entre sus brazos, encima de la mesa que tenía enfrente. Sabía que jamás aprobaría el examen de mañana: entre más estudiaba geometría menos la comprendía. Las matemáticas en general siempre fueron difíciles para él, y ahora había descubierto que la geometría le era imposible de aprender.

Y si la reprobaba, era el fin del colegio. Ya había reprobado otras tres asignaturas en sus primeros dos años, y con una reprobación más, según las reglas del colegio, estaría automáticamente expulsado.

Al mismo tiempo, él anhelaba perdidamente el certificado del colegio, pues le era indispensable para la vocación que había elegido y para la que había trabajado. Solamente un milagro podría salvarlo ahora.

Tomó asiento tan pronto una idea le vino a la mente. ¿Por qué no intentar con magia? Lo oculto siempre le había interesado. Tenía libros sobre ello y ocasionalmente leía instrucciones simples de cómo invocar a un demonio y lograr que le obedeciera en sus deseos. Hasta hora, siempre había sospechado que era un poco riesgoso, y por eso nunca había intentado hacerlo. Pero esto era una emergencia, y tal vez valdría la pena correr ese pequeño riesgo. Solamente por medio de magia negra podría convertirse de un momento a otro en un experto en una materia que siempre le costó trabajo.

Tomó rápidamente del librero su mejor libro de magia negra, encontró la página exacta y refrescó su memoria con las sencillas acciones que debía hacer.

Entusiasmado, despejó el piso pegando los muebles a las paredes. Trazó la figura de un pentagrama en la alfombra con tiza, y se paró sobre ella. Posteriormente pronunció los encantamientos.

El demonio era considerablemente más horrible de lo que había anticipado. Pero se armó de valor y comenzó a explicar su dilema. “Siempre he sido malo en geometría”, dijo…

“No hacía falta que lo dijeras”, dijo el demonio, regocijado.
Sonriendo flamas, se le abalanzó cruzando por las líneas de tiza del inútil hexagrama que Henry había dibujado equivocadamente, en vez de un pentagrama que hubiera podido protegerle.

Preguntas de comprensión

1. ¿Cuál es el objetivo principal del texto?

a) Describir la vida de Henry.
b) Dar a conocer los problemas de practicar magia.
c) Resaltar la importancia de la geometría en la vida cotidiana.
d) Demostrar que el castigo de la ignorancia no se puede evitar siendo ignorante.

2. ¿Por qué sabemos que el texto del inicio es de ficción?

a) Porque todos los textos siempre son de ficción
b) Porque su lenguaje es bello y emotivo
c) Porque habla de cosas irreales como la magia y los demonios.
d) Porque habla de cosas reales que en realidad sucedieron.

3. ¿Por qué Henry estaba tan preocupado por reprobar?

a) Porque lo iban a correr de la escuela
b) Porque iba a ser ridiculizado por sus compañeros
c) Porque no quería quedar mal con el profesor
d) Porque sus padres lo iban a regañar

4. ¿Por qué el demonio le dijo “No hace falta que lo dijeras”?

a) Porque el demonio era omnisciente y sabía todo sobre Henry.
b) Porque el demonio vio el libro de geometría.
c) Porque el demonio podía leer la mente.
d) Porque el demonio notó que no sabía distinguir entre un pentagrama y un hexagrama.

5. ¿Cuál de las siguientes opciones destaca mejor la moraleja principal del texto?

a) Es mejor no estudiar.
b) Hay que seguir las instrucciones al pie de la letra.
c) No hay modo de evitar las consecuencias de la ignorancia.
d) Hay que saber geometría.

Tlajtolixmatimachtili tlen nokoneuaj

 

Kemaj tieliyayaj tikonemej, miakej kiijliayayaj totlajtol “dialecto” uan tijneltokayayaj tlen amo kipiayaya ipatij, uan monekiyaya tijkauasej totlajtol uan ijkino amo tieliskiaj “indios”.
Namaj na nijmati tlen nochi ne tlakamej uan siuamej amo kuali kuanejnemiliayayaj, uan namaj nijmati tlaj na nimaseuali amo nechtsakulis. Uan nikitak tlen notlajtol tlauel kipia ipatij.
Nijtlasojtla notlajtol pampa ika ne notlajtol nimonojnotsa iniuaya noteixmatkauaj tlen tlauel nikinneki.
Nikaamati notlajtol pampa nelsenkuali. Kipiaj se iisennemilis tlen miakej kinaamatij ipan nochi tlaltipaktli.
Onkaj kualantli pampa itstokej tlen amo kimatij o amo kikuanejnemilij ni tlamantli, uan amo kitekiuiaj intlajtol uan amo kinmachtiaj inkoneuaj.
Tlen amo monojnotsaj ika maseualtlajtoli iniuaya inkoneuaj amo kiitaj tlen kimiktijtikaj toyojkatilis neluayo tlen techpanoltijtokej tokuluaj ipan miak xiuitl.

Inijuantij amo kiitaj tlen kikauaj mikis intlajtol iniuaya inteixmatkauaj.

Namaj nijmati tlaj nisaniloua ika ome tlajtoli kuali nijpias notsontekuich. Nelia tlen ne tlakamej tlen sanilouaj ika ome tlajtoli kiyektlalij achi kuali sekij kualantli uan motsontekuich elis ueuentsij asta teipaj. Uan amo kitsakuilia kaxtilantlajtoli.
Uan nokoneuaj amo nemisej ika ne kokolistli tlen uajkaya kipiayayaj tlakamej ika maseualtlajtoli. Teipaj inijuantij kiuikasej tomaseualtlamatilis uan tomaseualmoyaualis ijkino nesis ipan ne internet, uan ijkino kuali yolis.
San moneki nimonijnotsas uan nimauilktis iniuaya konemej (tlen kipiaj achi tlen 11 xiuitl) tlen mochantlaliaj nouaya ika nomaseualtlajtol.

Las lenguas indígenas de México

 

En México se hablan 364 variantes de 68 agrupaciones de 11 familias lingüísticas indoamericanas.

¿Qué quiere decir esto?

Esto quiere decir que en México hay diversidad lingüística.

 

 

¿Cuántas lenguas indígenas hay en México?

Se puede decir que existe un cierto grado de ininteligibilidad entre ca

da una de las 364 variantes y las demás lenguas de su agrupación.

Puede suceder que dos hablantes digan que hablan la misma lengua pero no se entiendan.
Lo que sucede es que cada uno usa una variante diferente. La agrupación “zapoteco” tiene 62 variantes.

Por eso se podría decir que en México se hablan 364 lenguas indígenas pertenecientes a 68 agrupaciones.

Algunas concepciones equivocadas

Los indígenas no hablan idiomas, hablan “dialectos”, que valen menos que idiomas de verdad como el español o inglés.

 

¡Falso! Todas las lenguas indígenas son tan “idiomas” o “lenguas” como el español o el inglés.

 

No llames a las lenguas indígenas “dialectos” porque esa palabra tiene connotaciones negativas.

Las lenguas indígenas no se escriben;  además, no tienen gramática y son muy rudimentarias.

¡Falso! Todas las lenguas indígenas se pueden escribir. Todas las lenguas indígenas tienen estructuras gramaticales y todas tienen algún aspecto complejo.

En todas las lenguas indígenas se puede expresar de algún modo el pensamiento más complicado y el matiz más sutil, ya sea poético, científico o legal.

 

“Está bien que las lenguas indígenas se dejen de hablar porque así van a dejar de ser indios pobres; además, son muy pocos y ya ni ellos la quieren hablar.”

 

Las lenguas indígenas deben mantenerse vivas porque son muy valiosas, forman parte integral de su comunidad y al mismo tiempo de la riqueza cultural de toda la humanidad.

 

Ser hablante de una lengua indígena no te limita en ningún modo, todo lo contrario.

El desprecio a las lenguas indígenas ha logrado, tristemente, que los mismos hablantes no quieran usar ni transmitir sus lenguas.

 

No importa que una lengua la hable “poca gente”. Lo que importa es que se use y se transmita a las siguientes generaciones (hasta las lenguas más habladas del mundo empezaron con “poca gente”).

Una herencia lingüística para mis niños

 

Cuando éramos niños la gente nos hacía sentir que nuestra lengua, a la que le decían “dialecto”, era algo que no valía nada, y que debíamos dejarla de hablar para dejar de ser indios.
Hoy yo ya sé que esa gente era la que estaba mal, y ahora ya sé que ser indígena no me limita en nada. Además, me di cuenta de que mi idioma era muy valioso.
Le tengo cariño a mi lengua porque es la que hablo con la gente que más quiero.
Mi lengua me gusta porque es única. Tiene formas y sentidos que maravillan a personas de todo el mundo.
Lamentablemente hay otras personas que no saben o no entienden esto y deciden no usar su lengua ni compartirla con sus niños.
Los que no hablan su lengua con sus niños no se dan cuenta de que están rompiendo una larga tradición  lingüística transmitida de generación en generación durante siglos.

Ellos no se dan cuenta de que dejan morir su lengua en su generación.

Ahora sé que ser bilingüe es bueno para el cerebro. Está comprobado, por ejemplo, que las personas bilingües resuelven mejor algunos problemas y que el envejecimiento cerebral se retrasa. Además, la lengua indígena no perjudica en ningún modo la adquisición del español.
Los bueno es que mis niños no vivirán el desprecio que tenía la gente de antes a las lenguas indígenas. Con el tiempo, ellos serán los que llevarán la difusión de nuestra lengua a lugares como el internet y así estará más viva que nunca.
Lo único que necesito hacer es platicar y convivir con los niños  de mi casa (menores de 11 años) en mi lengua.

Mi lengua materna es un tesoro

¿Qué es una lengua materna y por qué es valiosa?

 

Cuando aprendemos a hablar nuestra comunidad nos da un regalo.

Ese regalo es nuestra lengua materna.

La lengua materna es un tesoro porque nos la dieron nuestros mayores (y ellos la recibieron de sus mayores y así sucesivamente) y porque es muy valiosa.

Nuestra lengua es muy valiosa porque nos sirve para comunicarnos.
Nuestra lengua también es importante porque le da identidad a nuestra comunidad.
Hay niños que reciben más de una lengua materna (reciben más de un tesoro). Si el niño habla dos lenguas, se dice que es bilingüe.
Por ejemplo, un niño pudo haber aprendido uno de los dos idiomas en casa y otro en su comunidad.
Todas las lenguas son valiosas, no importa que la hable poca gente ni que no se suela escribir (todos los idiomas se pueden escribir).

Tristemente hay personas que tienen prejuicios hacia sus propias lenguas, y por eso no la comparten con los niños de su familia.

Cuando un hablante no le da su lengua a los niños esta lengua se muere.
Cuando una lengua muere todos perdemos. Perdemos un regalo que hacía al mundo más variado y más bonito.

Todos somos responsables de mantener nuestra lengua materna viva y también somos responsables de mantener vivas las lenguas maternas de los demás.

Evitemos tener prejuicios hacia las lenguas maternas de los demás. Todas son valiosas.

Consejos para maestros nuevos

A continuación te comparto una serie de consejos que me hubiera gustado que alguien me compartiera en mis primeros años de docente:

1. Acepta que ejercer la docencia es un acto de apostolado

Junto con las profesiones del área médica, los docentes somos quienes tenemos la profesión más infravalorada de la sociedad, pues el valor de nuestro trabajo nunca corresponderá con ninguna cantidad de dinero que pudieran pagarnos, y por eso nuestro salario siempre nos parecerá muy poco. Si para ti es más valioso el dinero  que la transmisión de conocimientos y habilidades para las siguientes generaciones, definitivamente este trabajo no es para ti.

2. No olvides que el objetivo principal siempre será que los alumnos aprendan (y aprueben)

Aunque muchos padres de familia creen que la escuela es un tipo de guardería, o los alumnos crean que es un lugar al que se va a entregar trabajos, no debes perder el objetivo principal de todo docente: que el alumno aprenda. A veces parecerá que tu trabajo consiste en dar discursos, divertir a tus estudiantes o simplemente entregar listas de calificaciones, pero nada de eso debería ser considerado la esencia de tu labor. No te sientas satisfecho hasta que compruebes que tus alumnos salieron de tu clase con más conocimientos y habilidades que con las que entraron.

3. No te vuelvas uno de esos maestros “que no enseñan”

Hay profesores que creen que su trabajo consiste en pedir y revisar trabajos, poner a los alumnos a exponer el temario o a resolver páginas del libro de texto. Esto es una mala práctica, y difícilmente podría ser considerado “enseñar”. Los alumnos preferirán siempre que les presentes los temas y verifiques que hayan aprendido de manera dínámica. Aunque “dar cátedra” está satanizado por ser “enseñanza tradicional”, si se combina con otras estrategias, no tiene nada de malo (como se demuestra con el éxito de los tutoriales de Youtube).

4. Nunca hagas comentarios sobre el aspecto físico de un alumno, ni mucho menos tengas contacto físico

Es muy fácil ser acusado de acoso, y siempre pesará más una acusación de un alumno que la palabra del profesor. Evita malentendidos manteniendo una distancia apropiada con tus estudiantes, tanto física como en línea. Incluso, debes ser más reservado con tu información personal, y no sorprenderte si en algún momento hacen memes con tus fotografías de Facebook.

5. Tus colegas no te verán como su igual (aunque lo seas) durante un tiempo

Debes hacerte amigo de tus colegas, no solo para ayudarse mutuamente con desahogos y consejos, sino también para mantener tu salud mental y no terminar como un “outcast“. Lamentablemente algunos de ellos (generalmente los que cuando se presentan te dicen su número de años en la docencia) te verán como un novato y no se tomarán en serio tus sugerencias, críticas y nuevos métodos, pero con el tiempo y los resultados de tu trabajo seguramente te ganarás un lugar entre ellos.

6. Todos te tratarán según la imagen que hayas hecho de ti

Tanto alumnos como colegas y directivos te pondrán etiquetas (el exigente, el serio, el chistoso, el que no enseña, el barco, el peleonero, el criticón, el tecnológico, etc.). Es por esto que debes procurar hacerte de una buena fama y usarla a tu favor. La estrategia de “no sonrías hasta diciembre” consiste en comenzar un curso de manera seria y exigente para luego ir relajándose con el tiempo si el grupo lo amerita.

7. No te enganches emocionalmente con tus alumnos

Los alumnos, al igual que los hijos, son prestados: solo pasarán unas cuantas horas a la semana contigo y continuarán con sus vidas. Algunos te contarán sus problemas y te preocuparás por ellos, pero debes recordar que desafortunadamente lo más que puedes hacer por tus estudiantes es brindarles motivación verbal (que tampoco es poca cosa).

8. Si dejas algún margen para que tus alumnos hagan trampa, ten por seguro que la aprovecharán

Nuestros alumnos tienen muy internalizada la mentalidad del mínimo esfuerzo: siempre buscarán trabajar lo menos posible si la situación lo permite. Esto no es necesariamente malo (a los seres humanos nos gusta ser eficientes), el problema viene cuando, al no ver ganancia en el proceso de estudio, se lo saltan, haciendo trampa. Si no encuentras maneras de prevenirlo, copiarán y harán fraude siempre que sea posible. Afortunadamente, algunas trampas pueden utilizarse como estrategias de aprendizaje, como solicitar trabajos escritos totalmente a mano para evitar el Copy-Paste digital, o que el día del examen todo el salón elabore colaborativamente un acordeón en el pizarrón.

9. Logra mucho haciendo poco, o acabarás con burn-out

Si tienes 200 alumnos por semestre, no hagas exámenes kilométricos ni dejes trabajos individuales de 50 cuartillas. Acabarás odiando tu trabajo (en un síndrome muy común entre docentes, el burn-out) y tampoco podrás darles a tus alumnos una buena retroalimentación que sea proporcional a su esfuerzo. Haz uso de tecnologías y de repartición de trabajo para evitar la talacha innecesaria.

10. Existe una manera muy fácil de ganarte a tus alumnos: apela a su ego

Dicen que la palabra más dulce para cualquier oído es el nombre propio. Si te aprendes sus nombres, conoces sus gustos y los felicitas, tendrán simpatía por ti. Muchos de tus estudiantes carecerán de la atención de un adulto en casa y se sentirán apreciados si tú les das un poco de tu atención.

11. Tu mejor aliado es la preparación

Nunca llegues al salón de clase a improvisar. Siempre debes tener muy claro cuáles serán los temas por verse y cuáles las actividades que se realizarán, e incluso actividades de reserva en caso de que alguna no se pueda realizar o tome menos tiempo del previsto. En tu agenda personal debe estar escrito el tema que se verá en clase.

12. Haz todas las advertencias desde la primera clase.

Sobre advertencia no hay engaño. Si desde el primer día de clases dejas muy claras las reglas que impongas para tu clase, nadie podrá acusarte de arbitrario cuando las apliques. Inventarse reglas y castigos (o cambiar los porcentajes de evaluación)  a medio semestre te deja como un improvisado y poco serio.

13. Repite varias veces lo que es importante que aprendan

Nada que se escuche -ni se haga- una sola vez se aprende. Por esta razón debes ser descaradamente repetitivo (o más bien, reiterativo) con los temas importantes. Antes de comenzar con la exposición de la clase siempre debes preguntar si recuerdan qué aprendieron la clase pasada, y si tienes dos clases a la semana debes revisar un mismo tema ambos días.

14. Cambia de actividad cada 20 o 30 minutos

Los alumnos se aburren mucho en clase. Nos enfrentamos con generaciones que están acostumbradas a la recompensa inmediata, por lo que es muy fácil perder su atención. Sin embargo, si varías las actividades de clase cada 20 minutos es más fácil que conserves su interés, como podría ser:

preguntas de apertura → repaso de la clase anterior → presentación del nuevo tema → realización de actividad → revisión grupal → diálogo grupal → revisión de lo hecho en clase

También es importante variar el tipo de clases de vez en cuando (películas o videos, actividades en el patio, juegos no relacionados con la clase, etc.)

15. Tus alumnos te van a decepcionar mucho

A veces vas a sentir que el interés o el progreso de tus alumnos no se ve correspondido con tu esfuerzo. Te sentirás mal cuando solo unos cuantos entreguen una tarea o la mayoría del grupo repruebe un examen. Esto no debe desmotivarte, sino llamar tu atención para que pienses (de manera sobria) qué cambios debes hacer para lograr un aprendizaje exitoso.

El alfabeto hebreo

El alfabeto hebreo cuenta con 22 letras, que son:

Letra Final Trans-
literación
Pronunciación Nombre Nombre en
hebreo
א [ʔ], ∅ alef אָלֶף
בּ B [b] bet בֵּית
ב V [v] vet בֵית
ג G [ɡ] gimel גִּימֵל
ד D [d] dalet דָּלֶת
ה H [h], ∅ he הֵא
ו V [v], [w] vav וָו
ז Z [z] zayin זַיִן
ח [x] ḥet חֵית
ט T [t] tet טֵית
י Y [j] yod יוֹד
כּ ךּ K [k] kaf כַּף
כ ך [x] ḥaf כַף
ל L [l] lamed לָמֶד
מ ם M [m] mem מֵם
נ ן N [n] nun נוּן
ס S [s] sameḥ ְסָמֶך
ע [ʔ], ∅ ayin עַיִן
פּ P [p] pe פֵּא
פ ף F [f] fe פֵא
צ ץ TS [t͡s] tsadi צַדִי
ק K [k] kof קוֹף
ר R [ʁ] resh רֵישׁ
שׁ SH [ʃ] shin שִׁין
שׂ S [s] sin שִׂין
ת T [t] tav תו

Si observas el contenido de la tabla, se forman 3 pares de “con punto” / “sin punto” y un par con el punto en diferente lugar.

También hay 6 letras que tienen forma final (son formas que aparecen cuando son la última letra de la palabra).

En la siguiente página puedes convertir tu nombre al alfabeto hebreo:

Palabras en LSM (Lengua de Señas Mexicana)

Aquí puedes aprender las palabras más básicas de la Lengua de Señas Mexicana (LSM) en video.

Saludos y otras expresiones de cortesía

Saludos, Hola, ¿Cómo estás?, Bien, Mal, Más o menos, Buenos días, Buenas tardes, Buenas noches, Mucho gusto, Hasta mañana, Gracias, De nada, Adiós, ¿Qué cosa?, ¿Qué haces?, Bienvenidos, Bonito día, ¿Qué tal?, Nos vemos, Perdón

Números del 1 al 1000

Miembros de la familia

familia, solo, casado, casada, soltero, mamá, papá, esposo, esposa, abuelo, abuela, viudo, tío, tía, hijo, hija, primo, prima, sobrino, sobrina, concuño, libre, hermano, hermana, mujer, hombre, cuñado, nieto, compadre, comadre, padrino, madrina, ahijado, comadre, niño, niña, bebé, suegro, yerno, novio, madrina, nuera, caballero, dama, tú, yo, ella, ustedes, nosotros, nuestro, tuyo, mío, propio, ustedes

Si quieres aprender más palabras consulta el diccionario de LSM en Aulex:

Te amo en árabe

“Te amo” en árabe estándar moderno se dice de diferente manera si te diriges a un hombre o a una mujer:

أنَا أُحِبُّكِ ‘anā ‘uḥibbuki te amo (a una mujer)
أنَا أُحِبُّكَ ‘anā ‘uḥibbuka te amo (a un hombre)

El árabe tiene varios dialectos, siendo la variante egipcia una de las más populares. En árabe egipcio “te amo” se dice de la siguiente manera:

ٲنَا بَحِبِّك ‘ana baħibbik te amo (a una mujer)
ٲنَا بَحِبَّك ‘anā baħibbak te amo (a un hombre)